lunes, noviembre 20, 2006

¿para cuando una fiesta?




Cuando tenia 15 años estuve ahorrando para comprarme el modelo de Nike Jordan que por aquellos días estaba en las tiendas. Eran las primeras zapatillas negras que había en el mercado y me costaron un pastón alucinante. Con ellas puestas en los pies no tenía rival, era el más puto chulo que sobre la faz de mi barrio caminaba por la calle. Con orgullo, satisfacción y el pecho legionario salía a la calle y miraba a los demás mocosos por encima del hombro. Esa misma sensación la veo yo últimamente en los ojos de la gente.

Es curioso como en los días que corren un aparatito electrónico puede poner a personas de más de 40 en el pedestal de la popularidad.

Intelectualmente no soy unas lumbreras, de eso no cabe duda, no me ha dado por ahí, me ha dado por otras cosas, es la puta cruz que voy a tener que arrastrar toda mi vida. Me salva el estar en tierra de nadie: no valgo para hablar del problema vasco pero en mi curro me llaman “listo”. “Que todo lo sabes” me dicen, no todos, porque no es cierto, pero la gente que observas con una actitud más directa son los que mas inseguros se sienten ante personas que usan un vocabulario un pelin diferente al suyo. Ya os digo que yo ni fú ni fá, pero si que es cierto que intento pasar un poco del tema cuando se ponen cabezones con conversaciones que no entiendo. Ahora lo más molón es tener GPS. Unos me dicen que lo quieren para ir al pueblo de la novia o para ir a la playa, a Miami playa, que debe tener unos cartelones anunciando el lugar que no veas tú. Otros lo usan para ir a un puesto de trabajo en el que llevan 10 o 12 años trabajando. Y tú allí, sentado en el asiento de atrás viendo rayas en una pantalla y oyendo a una tía decir “a 300 metros gire a la izquierda” y los que estamos en el coche moviendo el cuello a la vez hacía la izquierda como si fuese aquello una visita guiada.

“Mi GPS es mejor!”. Como si fuese eso una competición de miembros, una de aquellas que hacíamos en el barrio para saber quién la tenía más grande-gorda. Lo mejor de todo es que cuando llegan al apartado técnico se quedan un poco escasos y empiezas a oír cosas que mejor no escuchar, simplemente oírlas y prau.

El tema es que en mi curro estoy muy a gusto, creo que profesionalmente estoy mejor que nunca, y eso que no hago nada del otro mundo, me lleno de mierda, a veces me quemo y otras hago el moonwalker de Jackson para no aburrirme y deleite de mi compañero.

Ante la sutil insistencia de mi amado amigo chun-li voy a volver a contar una historia que siempre tengo que contar yo, estábamos 4 personas pero siempre la cuento yo.

Pasó hace año y medio o algo así, en una sección diferente a la que estoy ahora currando, pero en la misma empresa. El tema es que nos juntamos allí la flor y nata de la bandera de operaciones especiales de la legión a nivel de soldadura en aluminio. Llevaba toda la mañana bromeando con uno de mis compañeros sobre lo buena que estaba la farlopa aquel día. Era todo mentira, pero nos dio por ahí. Tenia un compañero que se apodaba “pitero”, en esta tierra “pitera” se usa para denominar algo con coraje. Por ejemplo, cuando alguien recorta a una vaquilla cerca de los pitones se le suele decir “Ahí tú, pìtera!”. No he sabido nunca por qué le llamaban el pitero. Se sentía orgulloso cuando hablaba de su nariz, no es broma, tenía un apéndice bastante importante, solo con decir que la llamaba la moulinex…aspiradora moulinex, os lo digo todo.

El tío nos escuchaba hablar de la ficticia cocaína que llevábamos el otro y yo, mientras, chun-li iba tomando conciencia de que allí se estaba gestando algo gordo. Durante el almuerzo “pitero” hizo cierta alusión al tema y nos echó una pequeña bronquilla como para activar nuestra amabilidad y generosidad…”mire usted que llevábamos farlopica y no le habíamos ofrecido”. No fuimos capaces de negarlo, de decirle que allí ni había farlopa, ni escayola ni polvo de alumnio.

El mozo evidentemente nos creyó, así que el compañero que seguía la broma conmigo llamó a chun-li para que fuera rápido y veloz a por una aspirina. Dije a “pitero” que estaba de acuerdo, que tenía razón, que había que invitarle, mientras en el foso, uno de esos que se usan en los talleres para mirarle los bajos a los coches, mis dos compañeros machacaban la aspirina, un gramo, un gramazo entero para “pitero”.

Teníamos unas cajas con ruedas y cajones para las herramientas y allí que le puse yo la raya de aspirina a nuestro colega para que disfrutara de la farlopa que según él teníamos y no queríamos sacar por ser unos rácanos.

- Pitero! Tira que te he puesto una rayica en la caja…

- ¿En serio?

- Si hombre, mira en el primer cajón…

(Intervalo de tiempo para que observara la clenca)

- Hala!!! Animal!!! Que pedazo de raya!!!

- Tira coño, que es mi cumpleaños…(comenté yo)

Juro por mi honor que le iba a avisar, lo juro! Pero claro, juguetear en el puesto de trabajo puede crearte problemas , por eso la precaución por vigilar y el miedo a que no nos pillaran haciendo el tonto creó en mi una falta de reflejos ante la acción de “pitero” que evito pudiera decirle en el último momento que aquello no era lo que él pensaba que era. A lo que me quise dar cuenta vi al mozo dando saltos por la nave gritando que le picaba la nariz mucho mientras los dos compinches lloraban dentro del foso, de la risa claro.

“Pitero” me preguntó qué si aquello era farlopa…



The Stalk Forrest group - St Cecilia. (1969)



En plena fiebre BÖC descubrí este glorioso disco que grabaron años atrás miembros de la banda de la ostra. Joyas como ragamuffin’ dumplin, Gil blanco county o la misma St cecilia que da nombre al Lp son canciones que no puedes olvidar así como así. Las guitarras le dan un toque psicodélico precioso y las melodías vocales te atraviesan el alma. Espectacular disco, no solo para los fans de BÖC.





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The common People - Of the people for the people from the people of common peple (1969)


No me corresponde a mi hablar de este disco porque me lo recomendaron hace muy poco y quizás no sea yo el mas indicado, pero cuando le prestas atención y te dejas engatusar por él es muy complicado resistirte a no hablar algo de este montón de emocionantes canciones. Es un disco de finales de los 60 con lo cual vais a dar de morros con unos suaves viajecillos psychedelicos. No me equivoco si digo que puede que haga muy feliz a los seguidores de bandas como Affinity.
Un comienzo hipnótico cargado de violines, trompetas, pianos terribles y melodías oscuras da paso a ritmos más amenos con magníficos organillos celestiales.
La instrumentación, los arreglos, las voces…es todo tan bonito, tan bien encajado que parece el tetris cuando vas ganando.
Lo peor, lo poco que pueden llegar a durar ciertas canciones.


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